domingo, 18 de mayo de 2014

En donde quieras que estés


Amigo, hoy te escribo desde lejos. Discúlpame por la hora pero necesito tus palabras en este desierto tan inestable que hoy habita en mi vida. Amigo que poder decirte…que extraña la amistad une a dos personas en un mismo lazo del que es doloroso separarse, ese amigo jamás se ira de tu vida, ahora será tu hermano no de sangre, pero esto, pasara a segundo lugar. La amistad es así a veces, digo a veces -y he de aquí que vengo a expresarte mi sentimiento- porque a lo lejos descubrí que la vida solo te da hermanos -opuestas a tu sangre paterna- pocas veces en la vida.
Querido amigo, en estos días lejos de mi hogar descubrí que los amigos son como las sudestadas uno siempre piensan que se van, que jamás volverán y la luna resulta fría al final. SI supieras como la soledad me come los huesos esparciéndose en mi alma, no querrás escuchar mis penas…
Cuando respondiste mi llamado una lágrima rozo mis labios empapados de dolor, acostumbrado en no tener a nadie a quien confiar hiciste volver en mi sentimiento de anhelo hacia ti, y sentí una gran admiración por ti amigo, por el hombre en que te convertiste o en un mejor decir en el hombre que la vida te convirtió:
La soledad es un amigo que no está… respondiste, yo con mis ojos vidriosos no tenia palabras hacia tus respuestas, ¿qué decir?  Le dije a mis pensamientos, tú solo seguiste hablando y haciéndome sentir en cada minuto que la oscuridad que invadía a mi corazón iba diluyéndose en un mar sin fin.
-Hermano tu regreso será esperado, te abrazare tan fuerte hasta unir todas tus partes rotas que los soberbios desfloraron de tu ser.
-  ¿Cuanto tendré que esperar hasta volver a verte? Constantemente, en mis noches de entierro,  pienso como sería si estuvieran aquí conmigo, vos y los chicos del barrio en el que nacimos. Hasta el encuentro me encontrare solo y nadie responderá ante mis lamentos.
- ¿Cuanto encierro puede soportar tu esencia? Un viejo al que todos daban por sucio y borracho, encontrándonos un día en un bar en donde los tragos corrieron a mi cuenta y en un momento de que la palabra soledad quedaba grande en mi vida, el  viejo con un aliento a refinado whisky aclaro mi penar al acercarse a mi oído y decirme: los humanos decimos sentirnos solos, decimos no merecer ni recibir amor, pero no nos damos cuenta de que siempre vamos a estar acompañados. Una amada, tu madre, tu padre un flaco borracho y sucio con adicciones a las muchachas cineastas de Hollywood y que solo Dios sepa en donde andarán siempre estarán  en tu corazón.
Prendió un habano que saco del bolsillo derecho del pantalón se acomodo el sombrero mientras me miraba a los ojos, esperaba una pausa para agradecerle, y solo se fue, se lo llevo el viento. Sin embargo algo extraño sucedió, por sus palabras ya no sentía dolor. Fui un cobarde lo sé nunca le había dado las gracias, después de un tiempo me di cuenta que el no buscaba las gracias, solo había encontrado un amigo en quien confiarle su palabra, me di cuenta de que el hombre no era un falto de pensamiento, solo buscaba con quien compartirlas correctamente. Respecto a esto hoy comparto su proverbio y me quedo corto de palabras diciéndote que solamente VIVAS LA VIDA, NO OLVIDES, NO DEJES DE ESCRIBIR A LAS PERSONAS QUE AMAS GASTA UNOS CENTAVOS EN ELLOS, CUIDALOS, Y JAMAS TE SEPARES DE SU LADO. Y como mi amigo de aquel bar suburbano, predícales tus palabras y sentimientos, nunca estarás solo amigo siempre ellos estarán. Ellos nunca morirán, nadie muere cuando están en la mente de un nato escritor.
Hay algo que te oculte y debo decirte, un día de febrero aproximadamente te vi  con un traje muy elegante y zapatos que brillaban con el más mínimo reflejo de un rayo de sol, en fin te vi un par de metros delante de mí, cometí el error de no gritarte y correr a sorprenderte como siempre suelo hacer. Pero no lo hice tal vez por miedo a decepcionarte de mi apariencia un poco zarrapastrosa que presentaba en ese momento. Sentí que no era sincero con nuestra amistad, en cuestión de segundos redefiní mi vulgar análisis al darme cuenta que estaba equivocado pensando  que la sinceridad es todo aquello que callamos por ciertos motivos.
Quizás lo que te digo ya lo escuchaste millones de veces, pero con la diferencia de que mis palabras vienen  de un hermano que si no está a tu lado físicamente se encuentra espiritualmente, y siempre seré... Tu hermano de alma y que te extraño pero no me siento solo por que se que en otro lado de este mundo se encuentra mi confidencial amigo  tan querido y anhelado. Te amo amigo, cuídate, y no te olvides: ama y disfruta cada momento con gente buena y aleja a los que te hagan daño, estos solo buscaran tu malestar…
Me regalaste tu amistad y yo la mía, gracias por ser parte de mí ser.  

Su carta está guardada en algún cajón muy secreto. En mis momentos de guerras internas ya no leo su carta, pues la finalidad de esta había sido cumplida.